jueves, 3 de agosto de 2017

MI MÓVIL.

La tecnología y mas concretamente el móvil, ese aparatito pequeño, que nos cabe en un bolsillo, pero que tiene una potencia enorme para abducir mentes y voluntades, nos está ganando la partida. Vamos que nos va ganando por goleada, que nos tiene entretenidos y embobados todo el día, hasta el punto de entrar en un estado de ansiedad solo de pensar que nos podamos quedar sin batería. 
Pero no nos engañemos, lo del móvil es solo un síntoma entre muchos, estamos metidos hasta las cejas en este modo de vida acelerado hasta extremos que empiezan a dar miedo. No hemos terminado de descubrir todo el potencial de nuestro cacharrito y ya ha salido el nuevo modelo con nuevas características sin las cuales no vas a poder pasar, que nos incita a comprarlo, aunque para ello nos tengamos que empeñar.
Claro, las multinacionales a lo suyo, que es vender, que además está bien visto, porque es la esencia del mismo sistema procurar bienes a la sociedad para su consumo y bienestar, ¡Vivan las clases medias! y que no nos falten, porque si no, todo se viene abajo como hemos visto en esta crisis que todavía no hemos dejado de sufrir.
Ellos a ganar dinero para medrar y corromper en su favor, que tienen que cuidar el negocio. Ahí estan los lobbys, así llamados finamente para darles un aspecto de  respetabilidad cuando no son mas que grupos de presión que utilizan todo tipo de artimañas legales e ilegales para modificar las legislaciones en su favor, pobres congresistas, solo son hombres sujetos a su naturaleza humana, ¡Que pueden hacer ellos, tan solos, tan déviles!
Muchas veces se me viene la imagen del rebaño y el pastor. No he visto animal mas dócil que las ovejas, obedecen, nunca se rebelan, sienpre van donde las llevan tan contentas en su inocencia, aunque sea al matadero. Cumplen su función a la perfección, pero es que, ¡ese es su sitio!, su condición animal es la que es,  y a nadie le sorprende ni le molesta, su dignidad animal está a salvo, pero y nosotros, ¿Qué pasa con la nuestra,  cuando nos comportamos como ovejas, a cambio de unos caramelitos?
Parece que vivimos en la quintaesencia del individualismo, "se rebelde, se tu mismo, rompe con las reglas de lo establecido, tu eres único" pero es solo una ilusión, estamos tan ensimismados en nuestras rutinas vitales que no nos paramos a pensar con un mínimo de perspectiva, no vemos mas allá que la punta de nuestros zapatos y nos creemos que eso es la vida, trabajar para poder consumir unos productos que la mayoría de las veces no necesitamos. Tenemos un estilo de vida enfermo, hemos llegado a una cultura de fin de trayecto, vamos tan rápido que no tenemos tiempo de asimilar los cambios, no vivimos la vida, somos arrastrados por ella.
Tenemos la ilusión de la felicidad pero todo es artificial, bebemos para relaccionarnos en grandes concentraciones, nos encantan las concentraciones para hacer todo tipo de actividades, nos tiramos tomates, vino, agua,  batimos records guinnes estúpidos,
consumimos televisión basura mientras vemos pasar el tiempo.
Y el tiempo...,  el tiempo nos mira desde su atalaya eterna y se sonríe viéndo como lo perdemos y lo malgastamos ignorantes en nuestra estulticia.
 Tenemos a este querido y generoso planeta, que ya no da más de si, mas que agotado ante nuestra voracidad como especie. Démosle una oportunidad y cambiemos nuestros hábitos de vida, vayamos más despacio y apreciemos los placeres autenticos que nos brinda la existencia que son los que no se pagan con dinero, recuperemos nuestra dignidad personal y  mandemos a la mierda a ese uno por ciento que lo manipula todo en su provecho.

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